NUESTRA HUELLA MICROBIANA
Actualmente
se está hablando mucho a cerca de la microbiota o microbioma del cuerpo y la
necesidad de protegerla para así asegurar nuestro propio bienestar.
¿Pero sabemos lo que es?
Pues
no es más que el conjunto de todos los microorganismos que viven en nuestro cuerpo
estableciendo una relación estable y beneficiosa. ¡Y es que yo también me quedé
sorprendida cuando me dijeron que en el cuerpo humano había aproximadamente el
mismo número de células que de microbios!
Éstos
se distribuyen por todo el cuerpo, y en función de la zona y ambiente, los microorganismos
colonizadores van a ser diferentes. En la piel seca, por ejemplo, los microbios
que encontramos no son los mismos que los que componen la piel grasa. Por ello,
se habla de la huella microbiana, que al igual que la dactilar, nos diferencia
a unos de otros.
La
importancia del microbioma de la piel radica en su relación con el sistema de
defensa de nuestro cuerpo, el inmune, dado que regula la producción de algunas
de las células que lo componen. Por otro lado, participa en el control del
ciclo de vida de los queratinocitos, las células principales de la epidermis, e
impide el crecimiento de microbios perjudiciales que hayan podido instalarse en
nuestra piel.
No
obstante puede llegar a alterarse induciendo así problemas cutáneos como acné,
psoriasis o rosácea, como ocurre cuando es alterado por la polución de las
grandes ciudades.
Como
ves, es conveniente proteger nuestra microbiota, y aunque actualmente es un
campo que está en estudio en el mundo de la cosmética, existen productos que,
aunque no directamente, la protegen, como puede ser el caso de los cosméticos
antipolución o los destinados a problemas cutáneos concretos.
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